Tepeu y Gucumatz, las deidades de la creación según los mayas, eligieron la madera para construir por segunda vez al hombre después de su primer experimento fallido con barro. Pero el resultado tampoco les satisfizo, porque aquellos seres no tenía memoria, no recordaban sus orígenes divinos y no reconocían a sus creadores. Así que les enviaron un gran diluvio y los hombres de madera se pudrieron y murieron. Como refleja el Popol Vuh (texto sagrado con leyendas de origen prehispánico de Guatemala), desde tiempos remotos la madera ha sido uno de los materiales que más hemos utilizado para la construcción y el diseño de herramientas (la mitología no hace sino otorgar a los dioses comportamientos propios de los humanos). Un buen ejemplo es el edificio más antiguo que se conserva en la actualidad construido totalmente con madera: el templo japonés de Horyuji de casi 1.400 años de antigüedad. La industria maderera continúa ocupando un papel importante en la economía de muchos países