Ni Barcelona, ni Real Madrid, ni Valencia, ni Sevilla ni ningún otro. El único representante español en una final europea será esta temporada el Atlético de Madrid. El equipo de Quique Flores enfilará el camino a la gloria después de una noche paradisíaca, con tintes melodramáticos incluidos, en la que después de 102 minutos se acercaron, y de qué manera, a las proximidades del Edén. Éste tendrá lugar el 12 de mayo en Hamburgo ante el Fulham, que se cargó al anfitrión, y recogió, también a última hora, el billete a la gran final de la Europa League. Fue un partido épico en el que el Atlético nunca desfalleció. Fiel a su historia, le tocó sufrir más de la cuenta, vio como el Liverpool le daba la vuelta a la eliminatoria y aun así, con la fuerza del corazón, se fue hacia adelante en una prórroga no apto para cardiacos. Pero con las estrellas sobre el rutilante verde de Anfield, las fuerzas de flaqueza se asomaron para dar la campanada cuando los ingleses ya se veían en la final y Reyes,