El sueño se descompone en ciclos de 90 minutos, fases de sueño que pueden ser lentas o paradójicas. Durante este último periodo, que dura unos veinte minutos, aparecen los sueños. De este modo, soñamos una media de 5 y 6 veces cada noche. Un mundo onírico sin tabúes El sueño paradójico va acompañado por una fase de excitación que se traduce en una erección en el caso del hombre y en una tumescencia del clítoris en la mujer. Pero este vigor nocturno no siempre está correlacionado con los sueños eróticos, pues es psicológico. Durante un sueño, el inconsciente se libera sin la intervención de la moral ni la educación. El más púdico se exhibirá en público, el más tímido se convertirá en un ligón irreprimible, la mujer dulce y tierna se convertirá en una femme fatale, el más mojigato se hallará en orgías dignas de la antigua Roma… En el país de Morfeo, los tabúes no tienen lugar y pasan a ser meras metáforas. Al despertar, la persona estará algo desconcertada por este “camino real hacia el