La confianza en uno mismo se produce cuando sabemos lo que queremos y pensamos que podemos llegar a conseguirlo porque tenemos recursos internos para llevarlo a cabo. Alguien que confía en sí mismo produce seguridad y disfruta más de la vida porque carece de miedos y controla lo que le puede hacer sufrir. Por su parte, la falta de confianza proviene, en gran medida, del miedo inconsciente a perder el control de lo que sentimos.