A pesar del frio, que noche mas buena pasamos ayer en el Vicente Calderon!!! Lo imposible es posible en el fútbol. Sobre todo, si el Atlético está por medio. Capaz de romper todas las lógicas de este deporte, de la psicología incluso; siendo como es un equipo de diván, que hoy visita el paraíso y mañana el infierno, porque no tiene medida, que es un rompecabezas, que se quiere y se odia, se suicida y resucita, vive y muere sin razón alguna, porque le da la gana, el Atlético es un prodigio, un prestidigitador, un encantador de serpientes, a ratos verdad, a ratos mentira, fuerte y débil, grande y pequeño. El Atlético firmó una magnífica remontada de la eliminatoria y lo hizo de forma insólita, mostrando sus virtudes, portero incluido, antes de mostrar sus miserias, que las tiene, vaya si las tiene. Sigue adelante el Atlético porque esta vez creyó en sí mismo y porque sobrevivió incluso a esos ratos en los que le da por abrir la espita del gas y encender una cerilla. El Atlético cumplió u