En el sudeste de Zimbabue, entre los ríos Zambeze y Orange, hay una ciudad en ruinas que supone un misterio desde hace siglos. Comerciantes y navegantes hablaban de un lugar que en el idioma de los shona se llamaba dzimba dza mabwe , “grandes casas de piedra”. La leyenda dice que se trata de la ciudad de la reina de Saba. Los primeros europeos que contemplaron las ruinas fueron los portugueses, en el siglo XVI. Fueron ellos los que difundieron la leyenda de que era la ciudad de la mítica reina de Saba. En 1871, el investigador alemán Karl Gottlieb Mauch (1837- 1875) logró encontrar Gran Zimbabue. Muchos de los interrogantes que plantean sus ruinas desde entonces están relacionados con la destrucción de vestigios arqueológicos por parte de cazatesoros y arqueólogos aficionados entre 1890 y 1910. La ciudad en ruinas consta de tres partes: la llamada Acrópolis, que se alza sobre una colina en medio de curiosas formaciones rocosas, el valle de las Ruinas y el recinto Elíptico