Quien más, quién menos, ha oído hablar alguna vez de Pegaso (el caballo alado de la mitología griega ) y de Quimera , el monstruo horrendo que vagaba por Asia Menor engullendo a cualquier tipo de animales y atemorizando a la población. Pues bien, el nexo común que existe entre ambos personajes mitológicos hay que buscarlo en el héroe griego Belerofonte , hijo del rey Glauco de Corinto (hay que decir que otras tradiciones le sitúan como descendiente de Poseidón ) y de Eurímede. Aunque su verdadero nombre era Hipónoo o Leofontes , se lo cambió al matar por accidente a un tirano corintio que se llamaba Belero (Belerofonte quiere decir “asesino de Belero”). Tras este desafortunado incidente, Belerofonte huye a Tirinto con la esperanza de purificarse; allí, es acogido como huésped en la corte del rey Preto , donde su mujer se enamora a primera vista de Belerofonte y se le insinúa un buen número de veces. Belerofonte rechaza todas las propuestas y Estenebea