El asedio y conquista de la ciudad celtibérica de Numancia constituye uno de los episodios más interesantes de la conquista romana de la Península Ibérica. El período final del asedio y toma de Numancia , que se inscribe en el desarrollo de las guerras celtibéricas se desarrolló a partir del año 134 a.C., cuando el general romano Publio Escipión , destructor de Cartago , se puso al frente del ejército que intentaba someter la ciudad. Con anterioridad otros generales romanos como el cónsul Popilio Lenas o Quinto Pompeyo habían fracaso en su intento de derrotar a los numantinos. El ejército con el que se encontró Escipión en Hispania estaba desorganizado y desentrenado, por lo que en principio este general impuso una ferrea disciplina a su ejercíto estableciendo una gran austeridad tanto en el régimen alimenticio como en la forma de vida. En este sentido, tal como nos transmiten las fuentes literarias antiguas, la primera medida que impuso este general romano fue la expulsión de