Sin amor hacia uno mismo, hacia nuestra forma de ser, de vivir, de comportarnos..., es imposible tener autoestima. La falta de autoestima se origina cuando nos traicionamos a nosotros mismos, escuchamos demasiado las opiniones de los demás y no valoramos las nuestras. Pero no hay mejor maestro que la vida para enseñarnos que querernos, escucharnos, aprender y perdonarnos es el camino más directo hacia la auténtica felicidad.