El cruceiro es un monumento religioso constituido por una cruz generalmente de piedra (en menor medida, los hay construidos en madera) sobre un pilar, situado en un lugar público, principalmente encrucijadas (cruces de caminos), atrios de iglesias, lugares elevados, o sobre la extremidad de hórreos, o lugares en los que antiguamente existían cultos paganos a la naturaleza. Se trata de uno de los monumentos más característicos de Portugal y Galicia , aunque también se puede encontrar en otros puntos de la Cornisa Cantábrica o en Castilla y León. Según algunas tradiciones, servían para bendecir los caminos; otras los vinculan a rituales de sanación para eliminar los males del cuerpo y/o del espíritu. En algunas comarcas eran lugar de enterramiento de los niños no bautizados y los familiares dejaban marcas, cruces o iniciales grabadas en el varal.