Muy bonita la explicación que da Ángel Manuel Felicísimo del modo en que funcionan nuestra memoria a la hora de seleccionar recuerdos y presentarnoslos: ¿Cómo funcionan los recuerdos? «A veces lo veo como una red, una telaraña casi caótica de finos hilos de luz que se conectan en nodos que brillan con una menor o mayor intensidad. La telaraña crece y se expande en un espacio vacío según pasa el tiempo. Los nodos son los recuerdos, aquella tarde lluviosa que por algún motivo se convirtió en un hito vital, o un momento en el que nos despedimos de alguien que ya no volvimos a ver. Los hilos son la frágil sujeción de la memoria, el camino que enlaza nuestra consciencia con esos recuerdos, los soportes de nosotros mismos. A veces los hilos se deterioran, como un sendero abandonado que poco a poco se ve cerrado por la vegetación. Entonces el recuerdo se apaga, tal vez para siempre, porque los caminos de la memoria deben ser utilizados.» (Fuente: librodenotas)