Seguramente la mayoría de nosotros cuando alguien nos ha contado algo que no nos creemos en absoluto o que nos causa asombro y extrañeza hemos usado la expresión “¡Naranjas de la China!” o “¡Nanay de la China!” , pero ¿cuál es el origen de esas expresiones y qué relación tienen con aquel lejano país? La segunda expresión es mucho menos empleada que la primera (aunque “nanay” está recogido en el Diccionario de la RAE ), pero curiosamente ha dado lugar a una simpática “leyenda urbana” por internet que la asocia con una de las etnias minoritarias de china, los “nanái” (con “i”). Sin embargo, el nombre de esta etnia en chino es “ 赫哲族 “ , lo que se pronuncia “hèzhé zú” , siendo “nanai” una deformación de su nombre ruso “нанайцы” . Cuesta pensar que nuestros padres y abuelos, a quienes hemos oído alguna que otra vez la expresión “nanay de la china”, tuviesen el acceso a la información suficiente como para hacer referencia al nombre (¡en ruso!) de una desconocida y minúscula etnia ruso-c