El investigador Charles David Keeling, fue el primero en advertir, allá por los años 50, una de las amenazas que más preocupa a los especialistas de hoy en día: el calentamiento del planeta . Keeling se dio cuenta de que cada vez hay más dióxido de carbono (CO2) en el aire, lo que contribuye al llamado efecto invernadero . El aumento de los niveles de este gas, provocado por la creciente industrialización de nuestra especie, provoca que el calor que nos llega del sol quede retenido en la atmósfera. En aquellos tiempos, la comunidad científica era reacia a creer que los humos de los coches o las fábricas pudieran tener un efecto visible en el clima terrestre. Por el contrario, se creía que los océanos y la vegetación de nuestro planeta eran capaces de absorber todos los gases que se producían. Sin embargo, las precisas mediciones que realizó Keeling desde 1957 confirmaron que la cantidad de CO2 acumulado en nuestra atmósfera es cada vez mayor . Además, este aumento