Tan aficionados como somos últimamente a conmemorar todo aniversario de acontecimiento histórico que pase por nuestro calendario, resulta llamativo que un hecho que acabó determinando nuestra historia durante casi ochocientos años parece estar condenado a pasar desapercibido. Y es que un 19 de julio de hace 1.300 años un ejército procedente del norte de África se enfrentaba a las huestes visigodas del rey Rodrigo en las orillas del río Guadalete. El bueno de Don Rodrigo no estaba precisamente en un buen momento vital. Llevaba tiempo combatiendo con los herederos del anterior rey, Witiza, por la corona cuando le llegó la noticia del desembarco de una hueste bereber que, al parecer, llegaba en ayuda de sus enemigos. A toda prisa, se dirigió hacia el sur para parar el golpe pero lo cierto es que él y su ejército se los llevaron casi todos en la batalla que se libró junto al Guadalete. Sólo se encontró su caballo, asaeteado y muerto en la orilla. Del rey nunca más se supo. El ejército afr