Manolis Glezos aún no había cumplido los 20 años cuando, en 1941, subió a la Acrópolis de Atenas con Santas Apostolos para desafiar al ejército alemán. Ambos descolgaron la bandera nazi e izaron la griega, un gesto por el que sus vidas corrieron peligro. Aunque Glezos logró escapar de la Acrópolis, el régimen nazi le sentenció a muerte en ausencia. Un año después, en marzo de 1942, fue arrestado y torturado, contrayendo la tuberculosis en la cárcel. Sin embargo, logró escapar, una vez más, igual que haría en 1943 tras ser arrestado por los italianos y en 1944 por los colaboradores de los nazis. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial no pasó el peligro para Glezos. En 1948, durante la guerra civil griega, fue detenido y condenado a muerte por sus convicciones de izquierdas, aunque se sustituyó la pena capital por cadena perpetua. Tras el cambio de régimen, ejerció de político hasta que volvió a ser detenido en 1967 bajo la 'Dictadura de los Coroneles'. Después marchó al ex