A Mahler le llevó tiempo escribir su primera sinfonía (de 1884 a 1888). Está inspirada en la obra de Jean Paul titulada Titán pero no es un poema sinfónico sino un reflejo de las emociones, el humor y el drama que vivió con su lectura. El sonido de un Cu-cú que introduce el clarinete en el primer movimiento así como el ritmo de vals del segundo retratan su amor por la naturaleza y los recuerdos de la infancia y juventud. La marcha fúnebre del tercero con una transformación de la canción Frere Jacques dibuja musicalmente el cuadro de Callot en el que unos animales asisten al entierro de un cazador. El enérgico cuarto movimiento sirve de final triunfal.