Fue grandiosa la batalla de Stalingrado, de envergadura casi inconcebible para el hombre. El encarnizamiento con el que centenares de miles de combatientes se destruían entre sí, la sangre teñía las aguas del Volga, la tragedia que vivían los habitantes de la ciudad convertida en campo de batalla, todo aquel horror es indescriptible.
Pero la batalla de Vasili Zaitsev es la batalla de un solo hombre, de un hombre solo contra todos, el combate de un gran soldado contra toda una jauría, la lucha del eslavo contra el teutón. Sus hechos de guerra son grandes y nobles comparados con las hazañas de un Stallone o de un Schwartzenegger en sus fantásticas películas.
Y precisamente los cineastas occidentales fueron los primeros que se dieron cuenta de ello, por lo que hicieron de Vasili Zaitsev el héroe de la película El enemigo a las puertas.
Pero la batalla de Vasili Zaitsev es la batalla de un solo hombre, de un hombre solo contra todos, el combate de un gran soldado contra toda una jauría, la lucha del eslavo contra el teutón. Sus hechos de guerra son grandes y nobles comparados con las hazañas de un Stallone o de un Schwartzenegger en sus fantásticas películas.
Y precisamente los cineastas occidentales fueron los primeros que se dieron cuenta de ello, por lo que hicieron de Vasili Zaitsev el héroe de la película El enemigo a las puertas.
El duelo entre el francotirador alemán, el mayor Koenig, y el ruso Vasili Zaitsev es, como el duelo entre Aquiles y Héctor, el preludio de la gran Victoria.
Los dos ejércitos en pugna conocen la existencia de ese duelo y ven en su desenlace una significación mística. Entre las ruinas de Stalingrado, dos hábiles cazadores se buscan entre sí, en espera del menor error del otro. Eso error lo cometió Koenig al querer cerciorarse de que el oficial ruso que acababa de abatir era Vasili Zaitsev.
Los dos ejércitos en pugna conocen la existencia de ese duelo y ven en su desenlace una significación mística. Entre las ruinas de Stalingrado, dos hábiles cazadores se buscan entre sí, en espera del menor error del otro. Eso error lo cometió Koenig al querer cerciorarse de que el oficial ruso que acababa de abatir era Vasili Zaitsev.
Vassili Zaitsev - 400 muertos
(149 muertos en la batalla de Stalingrado)
(149 muertos en la batalla de Stalingrado)
Antes de morir, el alemán tuvo tiempo de escrutar la mirada del vencedor. No había alegría en sus ojos en los que sólo brillaba el deber.
La batalla de Stalingrado se aleja poco a poco en el pasado y sus héroes se convierten en personajes míticos, en héroes míticos de una gran batalla.
.
Comentarios