Los perros que nunca paran de jugar, correr y morder todo lo que encuentran por delante, se definen como hiperactivos. Algunas veces ladran excesivamente, y también pueden tener un apetito desmedido y devorar su comida sin saborearla.
Si son cachorros, en muchas razas es normal que actúen así, pero cuando son más grandecitos pueden ocasionar un gran dolor de cabeza para sus dueños. Principalmente cuando destruyen objetos del hogar o muerden a personas.
Es aconsejable consultar al veterinario en estas situaciones, que es quien puede descartar la posibilidad de una enfermedad, si es así se tratará con fármacos bajo la supervisión del especialista. Hay que evaluar cada caso en particular, por lo general estos problemas se tratan con adiestramiento.
Igualmente, es recomendable castigar al perro cuando se comporta mal, todas las veces que esto ocurra. Si se tranquiliza y se controla hay que recompensarlo, y tratar de ignorarlo cuando se pone muy activo, para no estimularlo aún más.
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