Volvemos de vacaciones a nuestros respectivos trabajos u ocupaciones y ¿que es lo que más escuchamos..? Quejas!!!
“¡Qué mal me sentó volver!” “Qué pena, se acabó lo bueno “¡Otra vez, la rutina…!” , etc, etc.
El otro día comentaba con una amiga que estamos creando una sociedad de seres insatisfechos, que no pueden hacer lo que les gustaría hacer o no se atreven a vivir como han soñado, o bien no valoran suficientemente lo que tienen y todo ello, sin duda, va mostrando su repercusión.
Bajo mi punto de vista, existe un problema, no nos enseñan o no sabemos disfrutar del camino. Tenemos que tener necesariamente incentivos materiales a corto plazo que nos permitan aguantar hasta las próximas fiestas o días libres.
Otro problema, no queremos suficientemente lo que tenemos. Compramos una casa con la idea de tener otra más grande, un coche con la idea de tener otro más potente, cuando tenemos un hijo desearíamos tener otro/a, cuando elegimos un lugar de vacaciones deseamos conocer otro destino, etc., tanta insatisfacción …¿por qué?¿sabemos qué nos está impidiendo ser felices con lo que queremos y somos en este preciso momento?
Llega el momento de pensar cómo desterrar todos estos virus que se van colando en nuestro “cerebro personal” y recuperar la ilusión que se esconde en el día a día.
¿Qué tal si ensayas con algunas de estas pautas?:
Detén tus pensamientos negativos: cuando te des cuenta de que te estás hablando de forma negativa, reconoce qué te ha generado ese pensamiento… tu mente ha estado enviándote mensajes negativos para proteger tus sentimientos y evitar que puedas así, salir herido/a.
Por ejemplo, quieres comenzar un proyecto y enseguida te empiezan a inundar pensamientos sobre lo difícil que será contactar con esa persona que podría ayudarte, lo duro que será el comienzo, todo el trabajo que se te ha amontonado, etc.. Cuando frenes esta forma negativa de comunicación contigo mismo, tus pensamientos comenzarán a aparecer de forma natural en un modo más positivo, como cuando eras niño y creías que podías con todo lo que te propusieses. Con esta actitud, aparecerán las herramientas que necesitas para impulsar tus deseos.
Utiliza las afirmaciones: Se trata de pequeñas oraciones o “mantras” que te repites mentalmente para conseguir un estado mental determinado. Todo el mundo utiliza afirmaciones de forma inconsciente en su vida, y en general de contenido negativo ¿por qué no utilizar el mismo método conscientemente y con mensajes positivos? “cada vez, soy mejor persona” o “toda la fuerza del universo está hoy dentro de mí”. El fin no es controlar nuestros pensamientos sino enfocarlos en la dirección adecuada.
Deshazte del pasado: muchas veces estamos dándole vueltas a malas situaciones de nuestro pasado, trayéndolas para analizarlas, contarlas y revivirlas una y otra vez. Esto es un desgaste de energía en algo que no tiene porqué repetirse en el futuro, cuando podríamos ocuparnos de otras cosas nuevas.
Ábrete a nuevas experiencias: Todos vivimos en ciertas zonas de confort que nos protegen hasta cierto punto y nos proporcionan comodidad. Hasta el punto en que éstas zonas de confort no nos permiten aprender de nosotros mismos o crecer como personas. Incluso arrastramos a nuestros hijos hacia estas zonas de confort. Así que ¿por qué no intentar vivir algo totalmente nuevo y dar algún paso fuera? Imaginad como hubiese sido el mundo si gente como Thomas Edison, Graeme Bell, Madre Teresa, etc, no hubiesen dado algunos pasos fuera de sus zonas de confort. Intentemos aprender algo nuevo cada día.
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