El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.
Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿Qué valdría la vida?
En asuntos de amor los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca.
En la vida, lo más triste, no es ser del todo desgraciado, es que nos falte muy poco para ser felices y no podamos conseguirlo.
El amor es como el fuego; suelen ver antes el humo los que están fuera, que las llamas los que están dentro.
La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande.
El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.
No hay sentimiento que valga; el amor es una ocupación como otra cualquiera.
El amor es lo más parecido a una guerra, y es la única guerra en que es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana.
A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
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