El sueño se descompone en ciclos de 90 minutos, fases de sueño que pueden ser lentas o paradójicas. Durante este último periodo, que dura unos veinte minutos, aparecen los sueños. De este modo, soñamos una media de 5 y 6 veces cada noche.
Un mundo onírico sin tabúes
El sueño paradójico va acompañado por una fase de excitación que se traduce en una erección en el caso del hombre y en una tumescencia del clítoris en la mujer. Pero este vigor nocturno no siempre está correlacionado con los sueños eróticos, pues es psicológico.
Durante un sueño, el inconsciente se libera sin la intervención de la moral ni la educación. El más púdico se exhibirá en público, el más tímido se convertirá en un ligón irreprimible, la mujer dulce y tierna se convertirá en una femme fatale, el más mojigato se hallará en orgías dignas de la antigua Roma… En el país de Morfeo, los tabúes no tienen lugar y pasan a ser meras metáforas. Al despertar, la persona estará algo desconcertada por este “camino real hacia el inconsciente” que describió Freud. Seguramente ya habrá olvidado el contenido del sueño o, conscientemente, habrá edulcorado los hechos para no contrariar su moral.
Según ciertos psiquiatras, los sueños son también una válvula por la que liberamos nuestra energía de la libido, naturalmente tapada por la sociedad. Esta posibilidad de relajarse permite cierto equilibrio. Partiendo de esta teoría, resulta extraño que tengamos otro tipo se sueños…
Cuando las fantasías te permiten entender mejor…
Liberados de cualquier prohibición, ¿nuestros sueños rivalizan con la osadía de nuestros verdaderos deseos? ¿Estos sueños tendrían intención revelar nuestros impulsos naturales, reprimidos por nuestro superego? Ciertos psiquiatras opinan que los sueños permiten conocernos mejor, pues el consciente no puede expresarlo todo. Esta hipótesis contiene una materialización bastante sorprendente. Diversos estudios informan casos de mujeres frígidas u hombres impotentes que tras disfrutar de un orgasmo en sueños reúnen el valor necesario para consultar con un terapeuta para materializar en la realidad dicho placer carnal.
En caso de fantasías eróticas repetidas, ¿nuestro inconsciente pone en evidencia nuestras “carencias? Psicoanalista y autor de diversas obras sobre los sueños, Tristan-Frédéric Moir distingue dos tipos de sueños eróticos: “Cuando se trata de un sueño con penetración, se trata de una carencia. La libido no está completamente satisfecha y la persona demuestra la necesidad de relaciones más satisfactorias o más habituales. Es un fenómeno de compensación. Sin embargo, los sueños eróticos más frecuentes son los que denominamos “suaves”: reencuentros, abrazos, besos… En este caso, los sueños se traducen en un bienestar con los demás y consigo mismo. A menudo, la persona con la que sueñas es una representación de una parte de ti mismo; por ejemplo: uno hombre que sueña que está entre los brazos de una desconocida está de acuerdo con su lado femenino. Estos sueños se traducen en una fusión interior”.
¡No tengas miedo de tus sueños!
Pero cuidado: ¡no confundas tus sueños con tus deseos! No porque hayas soñado que te acuestas con el fontanero significa que tienes que debes retrasar la reparación de una fuga por miedo a ceder a tus impulsos. De la misma forma, si sueñas que tienes una relación sexual con alguien de tu mismo sexo no significa que estés reprimiendo una homosexualidad…
Los sueños no son mensajes que debes tomarte al pie de la letra. Sin embargo, a veces nos pueden informar sobre nuestra sexualidad y revelarnos ciertos bloqueos. Por ello, es necesario interpretarlos. Cada uno de nosotros guarda en sus experiencias significados propios de sus sueños. Tampoco veas en tus fantasías imaginarias aberraciones inconfesables. El mundo onírico no sigue las mismas reglas que el mundo real, así que no te culpabilices de tus sueños ya que es muy poco probable que indiquen una perversión verdadera.
Pero esta zambullida en el mundo onírico puede animarte a reflexionar sobre tu vida sexual y a desvelar ciertos bloqueos de los que es mejor liberarte. Sin entregarte directamente la “llave de las fantasías”, te invitamos a sacarle provecho a tu inconsciente para mejorar tu día a día.
(Fuente: D. Bême)
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