El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Florencia, se basó en testimonios de 798 italianas de entre 18 y 50 años en la región de Chianti, en la Toscana.
Las mujeres fueron clasificadas en tres grupos, según su consumo diario habitual de vino: las que consumían entre una y dos copas de vino, las que bebían menos de una copa diaria y las abstemias.
Las que tomaban más de dos copas fueron excluidas, para descartar la posibilidad de ebriedad.
Las mujeres -todas consideradas sexualmente sanas- respondieron un cuestionario con 19 preguntas orientadas a medir su "índice de funciones sexuales femeninas", una medida usada en otros estudios científicos sobre la sexualidad de la mujer.
De acuerdo con las respuestas, el grupo que presentó los mayores índices de deseo fueron las mujeres que tomaban entre una y dos copas diarias. Los médicos concluyeron que "hay una relación potencial entre la ingesta de vino tinto y una mejor sexualidad".
Una de las teorías del equipo de médicos italianos es que los componentes químicos del vino tinto pueden aumentar las funciones sexuales al aumentar el flujo sanguíneo hacia áreas "clave" del cuerpo.
Otra conclusión llamativa que se desprende del estudio es que, aunque la edad suele relacionarse con la pérdida de libido, las bebedoras de vino eran, en promedio, de mayor edad que los otros dos grupos.
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