Cada vez son más las personas que se embarcan en la ciencia milenaria del Feng shui. Aquella que nos habla de la distribución de los muebles, los colores usados en cada habitación, lo cual permite que el ambiente esté en equilibrio y nos aporte energía positiva.
Por lo tanto para regirnos por el Feng shui en el dormitorio hay que tener en cuenta el equilibrio que hay que buscar para vivir en armonía junto con la distribución y los colores para que fluya la energía.
Las paredes deben ser de colores pasteles suaves y las alfombras deben ser de colores claros para poder mezclarse con los demás elementos del dormitorio. Hay que evitar colores fuertes como el rojo y utilizar por el contrario colores suaves que inducen al descanso y sosiego.
La orientación de la cama supone el aspecto fundamental del dormitorio. Debe estar colocada de tal forma que la cabeza o los pies, nunca estén mirando la puerta. Es importante poder ver la puerta y orientar la cama para que nuestra cabeza esté apuntando hacia el norte o hacia el este.
Debajo de ella no tener ‘trastos’ y encima no tiene que tener nada colgado y hay que evitar no dormir debajo de la ventana.
Muy importante que el dormitorio solo se utilice para dormir, nada de aparatos eléctricos ni de hacer ejercicios, ya que tienen energía activa. Si no los puede retirar del dormitorio, hay que taparles con una tela. Tampoco papeles del trabajo ni un ordenador, ya que ello interfiere en el sueño.
En cuanto a los adornos. No se deben colocar dos espejos uno enfrente del otro, porque se creará energía negativa en el espacio entre ellos. Se debe evitar luces fuertes, optando por luces tenues con pantallas suaves que emiten paz y tranquilidad.
Y por supuesto siempre tiene que estar ordenada, bien ventilada y con una temperatura ambiente adecuada, y evitar que haya cosas en el suelo, ya que uno de los principales principios de Feng shui, es el orden.
Por lo tanto para regirnos por el Feng shui en el dormitorio hay que tener en cuenta el equilibrio que hay que buscar para vivir en armonía junto con la distribución y los colores para que fluya la energía.
Las paredes deben ser de colores pasteles suaves y las alfombras deben ser de colores claros para poder mezclarse con los demás elementos del dormitorio. Hay que evitar colores fuertes como el rojo y utilizar por el contrario colores suaves que inducen al descanso y sosiego.
La orientación de la cama supone el aspecto fundamental del dormitorio. Debe estar colocada de tal forma que la cabeza o los pies, nunca estén mirando la puerta. Es importante poder ver la puerta y orientar la cama para que nuestra cabeza esté apuntando hacia el norte o hacia el este.
Debajo de ella no tener ‘trastos’ y encima no tiene que tener nada colgado y hay que evitar no dormir debajo de la ventana.
Muy importante que el dormitorio solo se utilice para dormir, nada de aparatos eléctricos ni de hacer ejercicios, ya que tienen energía activa. Si no los puede retirar del dormitorio, hay que taparles con una tela. Tampoco papeles del trabajo ni un ordenador, ya que ello interfiere en el sueño.
En cuanto a los adornos. No se deben colocar dos espejos uno enfrente del otro, porque se creará energía negativa en el espacio entre ellos. Se debe evitar luces fuertes, optando por luces tenues con pantallas suaves que emiten paz y tranquilidad.
Y por supuesto siempre tiene que estar ordenada, bien ventilada y con una temperatura ambiente adecuada, y evitar que haya cosas en el suelo, ya que uno de los principales principios de Feng shui, es el orden.
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