Aproximadamente, la cuarta parte de las intoxicaciones alimentarias que se producen en nuestro país tiene su origen en una inadecuada refrigeración, ya que los microorganismos patógenos se reproducen con gran rapidez se encuentran a una temperatura templada.
- Cuando compres productos refrigerados, fíjate en la temperatura del expositor, pues a veces está por encima de lo recomendado: no debería superar los 7 u 8 °C para la mayoría de los alimentos y de 2 a 4 °C para los productos muy sensibles, como las carnes picadas o los pasteles de nata o crema.
- En el supermercado, deja los alimentos refrigerados para el final, cuando hayas cogido el resto de productos. Mételos en una bolsa isotérmica: así podrás conservarlos sin que se rompa “la cadena del frío”.
- Una vez en casa guarda los alimentos frescos en el frigorífico, idealmente a 3 ºC . Ojo, según nuestros estudios muchas neveras se mantienen a temperaturas demasiado elevadas (como 10 ºC ). - - Una forma fácil de medir la temperatura interior es meter un termómetro en un vaso con agua.
- Dentro de la nevera pon carnes, pescados y platos preparados en la zona más fría, y verduras y frutas en la más templada.
- No amontones los alimentos para que el aire circule entre ellos y refrigeren rápida y eficazmente.
- Guarda la comida bien tapada, para evitar que se manche el interior de la nevera y que se toquen los alimentos entre sí
- En la despensa deben ponerse los alimentos más antiguos en las primeras filas y los nuevos detrás
- No apures la fecha de caducidad o de consumo preferente. Y recuerde que un alimento contaminado no siempre se ve raro o huele mal.
- Una vez abierto el envase, no debes conservar el alimento más de dos días, ya que la fecha de caducidad habrá dejado de ser válida.
- Lávate bien las manos antes de manipular los alimentos y vuelve a hacerlo cada vez que dejes un alimento para ponerse con otro distinto.
- Lava bien las verduras y hortalizas que vaya a comer crudas. Cuando ingredientes crudos y cocinados vayan a compartir un plato, no debes juntarlos hasta el momento de servirlos
- Extrema las precauciones: no utilices cubiertos ya usados y mete las sobras de la comida en un recipiente limpio.
- Cuando compres productos refrigerados, fíjate en la temperatura del expositor, pues a veces está por encima de lo recomendado: no debería superar los 7 u 8 °C para la mayoría de los alimentos y de 2 a 4 °C para los productos muy sensibles, como las carnes picadas o los pasteles de nata o crema.
- En el supermercado, deja los alimentos refrigerados para el final, cuando hayas cogido el resto de productos. Mételos en una bolsa isotérmica: así podrás conservarlos sin que se rompa “la cadena del frío”.
- Una vez en casa guarda los alimentos frescos en el frigorífico, idealmente a 3 ºC . Ojo, según nuestros estudios muchas neveras se mantienen a temperaturas demasiado elevadas (como 10 ºC ). - - Una forma fácil de medir la temperatura interior es meter un termómetro en un vaso con agua.
- Dentro de la nevera pon carnes, pescados y platos preparados en la zona más fría, y verduras y frutas en la más templada.
- No amontones los alimentos para que el aire circule entre ellos y refrigeren rápida y eficazmente.
- Guarda la comida bien tapada, para evitar que se manche el interior de la nevera y que se toquen los alimentos entre sí
- En la despensa deben ponerse los alimentos más antiguos en las primeras filas y los nuevos detrás
- No apures la fecha de caducidad o de consumo preferente. Y recuerde que un alimento contaminado no siempre se ve raro o huele mal.
- Una vez abierto el envase, no debes conservar el alimento más de dos días, ya que la fecha de caducidad habrá dejado de ser válida.
- Lávate bien las manos antes de manipular los alimentos y vuelve a hacerlo cada vez que dejes un alimento para ponerse con otro distinto.
- Lava bien las verduras y hortalizas que vaya a comer crudas. Cuando ingredientes crudos y cocinados vayan a compartir un plato, no debes juntarlos hasta el momento de servirlos
- Extrema las precauciones: no utilices cubiertos ya usados y mete las sobras de la comida en un recipiente limpio.
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