Nacida en la Austria de los Habsburgo en 1879 y fallecida en Nueva York en 1964, en el curso de su larga vida Alma Mahler-Werfel estuvo casada con el compositor Gustav Mahler, con el arquitecto Walter Gropius y con el novelista Franz Werfel. Amante también del pintor Oskar Loloschka quien la inmortalizó en su obra maestra "La novia del viento", estuvo íntimamente implicada en los movimientos más importantes de la música, la pintura, la arquitectura y la literatura del siglo XX, y contó con la amistad de muchos de los artistas más destacados de
Europa.
Al comienzo de su extraordinaria vida, Alma era una belleza fascinante, pero siempre se comportó, hasta sus últimos momentos como una "tirana emocional" con sus maridos, amantes y amigos. A pesar de ser una figura controvertida, que provocó sentimientos extremos en todas las personas que se toparon con ella, nadie que la conoció pudo olvidarla jamás, y toda una serie de hombres inmensamente dotados creyeron hallar en ella el perfecto contrapunto femenino para el genio del artista. Cabe destacar por ejemplo el influjo que ejerció sobre el pintor simbolista austríaco Gustav Klimt el primer hombre con quien Alma se besó y como recuerdo de lo que para Klimt significó aquella experiencia, el pintor la dejó plasmada en un cuadro que tituló, precisamente, “El beso”, y cuya valoración actual se cifra en varios millones de dólares.
Se le considera la ultima "musa" y sobretodo una mujer de nuestro tiempo con todas sus virtudes, debilidades y obsesiones al descubierto.
Comentarios