Los linfomas consisten en unos tumores malignos que se forman sobre todo, en los ganglios linfáticos por alteración de sus propias células, al contrario de los producidos por la diseminación de células cancerosas procedentes de otros órganos.
Lo puede causar la alteración en determinados cromosomas, pero se desconoce el motivo, aunque en algunos están relacionados con la infección de ciertos virus.
Se distingue por dos tipos, uno es la enfermedad de Hodgkin, nombre del médico que lo descubrió, y los restantes se conocen como linfomas no hodgkinianos. El primero pueden padecerlo los jóvenes, mientras que los segundos suelen presentarse sólo a partir de los 50 años.
También existen distintas variedades de estas dos clases, cuyos síntomas son muy parecidos por lo que, para distinguirlas, es necesaria la biopsia para observar las características de las células de los ganglios afectados.
Los síntomas pueden ir desde fiebre a una intensa sudoración nocturna y la pérdida de peso. En los linfomas hodgkin es frecuente un picor generalizado y a veces, los ganglios duelen al ingerir alcohol.
La curación depende de la clase y de su localización, pero actualmente, el pronóstico ha mejorado muchísimo, pues en algunos casos, además de la quicio y la radioterapia, se administran unas defensas contra las células del tumor y se trasplantan células madre.
Lo puede causar la alteración en determinados cromosomas, pero se desconoce el motivo, aunque en algunos están relacionados con la infección de ciertos virus.
Se distingue por dos tipos, uno es la enfermedad de Hodgkin, nombre del médico que lo descubrió, y los restantes se conocen como linfomas no hodgkinianos. El primero pueden padecerlo los jóvenes, mientras que los segundos suelen presentarse sólo a partir de los 50 años.
También existen distintas variedades de estas dos clases, cuyos síntomas son muy parecidos por lo que, para distinguirlas, es necesaria la biopsia para observar las características de las células de los ganglios afectados.
Los síntomas pueden ir desde fiebre a una intensa sudoración nocturna y la pérdida de peso. En los linfomas hodgkin es frecuente un picor generalizado y a veces, los ganglios duelen al ingerir alcohol.
La curación depende de la clase y de su localización, pero actualmente, el pronóstico ha mejorado muchísimo, pues en algunos casos, además de la quicio y la radioterapia, se administran unas defensas contra las células del tumor y se trasplantan células madre.
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