Cecillia Gallerani tenía apenas 17 años cuando da Vinci la inmortalizó para siempre en este espléndido retrato. Para entonces ya era la amante de Ludovico Sforza llamado El Moro, el gobernante de la ciudad de Milán y mecenas y protector de Leonardo. Era, además, una joven delicada y culta que hablaba varias lenguas y escribía poesía.
Aparece con un armiño que era el símbolo del Duque a quien tiempo atrás se le había concedido la orden que lleva ese nombre. El pequeño animal también hace alusión al apellido de la joven pues "gale" significa "armiño" en griego. Ella no posa, simplemente se gira delicadamente en un momento que el pintor ha capturado suspendiéndolo en el tiempo.
Aunque son bastantes los retratos femeninos atribuidos a Leonardo este es uno de los pocos que sabemos a ciencia cierta que fue pintado por la mano de Leonardo con total seguridad, ya que la obra está excelente documentada desde su creación. También es una de sus obras más conocidas.
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