La lengua española es tan compleja, que hasta se asocia las emociones con el lenguaje del amor, donde se establecen diferencias entre querer y amar. Son conceptos que se extienden por todo el universo y son fáciles de comprender cuando se ama y cuando se quiere, así mismo cuando se es amado y cuando se es querido.
Va más allá de las propias definiciones, donde se ha dicho que el querer es un estado comprensible, se puede querer a un amigo, a un hermano, a los hijos, padres y a la misma esposa, con un peso específico en el sentimiento. Más cuando la persona usa el verbo amar, es diferente, amar, impacta en el corazón de quien lo transmite, es la aceptación del ser que se ama, con sus virtudes, defectos y el deseo por que todo lo mejor le ocurra.
Cuando se dice te quiero, hay una intencionalidad de amar, en cambio al decir te amo hay un sentimiento profundo involucrado, muy cómodo para quienes se aman y se sienten felices con decirse mutuamente esta palabra, con mucha tristeza para quien sólo es un ser de apoyo, de compañía cuando se requiere y de aceptación por circunstancias. Cuantas veces se han visto parejas en la cual una de ellas deja de amar y mantiene una relación aparantemente armoniosa, con mentiras y silencios sospechosos,medias palabras, medias verdades. El otro lado se siente frustrado, no tomado en cuenta, triste y sobre todo engañado.
En estos casos, los grandes especialistas en la materia, recomiendan que ante todo, esta persona con estos sentimientos de frustración y demás, eleve su dignidad y autoestima al máximo, queriéndose así mismo. De esta manera, es menos difícil soportar esta situación. Cuando se deja de amar, se pierde interés por las cosas que le interesan al otro, se mantiene una actitud conforme y de no involucramiento, evitando discusiones para no enfrentarse a la realidad, de que ya dejo de amar. No se puede tener todo lo que se quiere, los sueños de una vida en pareja sintiéndose amado o amada no son posibles, surgiendo muchas interrogantes que invitan a la reflexión
En la concepción de quien todavía ama de verdad, se sufre, es allí donde se debe aprender a dejar ir, ya que si se continuan alimentando las ilusiones y los sueños, la tristeza es más profunda, tendiendo a ir a la depresión. Al sentir que no se es amado, se comienza a madurar, a dejar atrás la bonita historia de cuando se sentía amado. Es fácil decirlo pero es difícil hacerlo, sencillamente porque afecta profundamente los sentimientos y las emociones.
Aceptar que no se es amado, es sencillamente ver una nueva realidad, donde se vivirá un duelo, que puede ser superado con el tiempo y la distancia. Cuando se deja de amar a la pareja, es preferible manifestarlo, para que el otro o la otra no se sienta dañado en su integridad emocional, sobre todo cuando el dejar de amar no tiene discusión alguna, se dejó de amar, porque se dejó de amar.
(Fuente: marisolmata19)
Va más allá de las propias definiciones, donde se ha dicho que el querer es un estado comprensible, se puede querer a un amigo, a un hermano, a los hijos, padres y a la misma esposa, con un peso específico en el sentimiento. Más cuando la persona usa el verbo amar, es diferente, amar, impacta en el corazón de quien lo transmite, es la aceptación del ser que se ama, con sus virtudes, defectos y el deseo por que todo lo mejor le ocurra.
Cuando se dice te quiero, hay una intencionalidad de amar, en cambio al decir te amo hay un sentimiento profundo involucrado, muy cómodo para quienes se aman y se sienten felices con decirse mutuamente esta palabra, con mucha tristeza para quien sólo es un ser de apoyo, de compañía cuando se requiere y de aceptación por circunstancias. Cuantas veces se han visto parejas en la cual una de ellas deja de amar y mantiene una relación aparantemente armoniosa, con mentiras y silencios sospechosos,medias palabras, medias verdades. El otro lado se siente frustrado, no tomado en cuenta, triste y sobre todo engañado.
En estos casos, los grandes especialistas en la materia, recomiendan que ante todo, esta persona con estos sentimientos de frustración y demás, eleve su dignidad y autoestima al máximo, queriéndose así mismo. De esta manera, es menos difícil soportar esta situación. Cuando se deja de amar, se pierde interés por las cosas que le interesan al otro, se mantiene una actitud conforme y de no involucramiento, evitando discusiones para no enfrentarse a la realidad, de que ya dejo de amar. No se puede tener todo lo que se quiere, los sueños de una vida en pareja sintiéndose amado o amada no son posibles, surgiendo muchas interrogantes que invitan a la reflexión
En la concepción de quien todavía ama de verdad, se sufre, es allí donde se debe aprender a dejar ir, ya que si se continuan alimentando las ilusiones y los sueños, la tristeza es más profunda, tendiendo a ir a la depresión. Al sentir que no se es amado, se comienza a madurar, a dejar atrás la bonita historia de cuando se sentía amado. Es fácil decirlo pero es difícil hacerlo, sencillamente porque afecta profundamente los sentimientos y las emociones.
Aceptar que no se es amado, es sencillamente ver una nueva realidad, donde se vivirá un duelo, que puede ser superado con el tiempo y la distancia. Cuando se deja de amar a la pareja, es preferible manifestarlo, para que el otro o la otra no se sienta dañado en su integridad emocional, sobre todo cuando el dejar de amar no tiene discusión alguna, se dejó de amar, porque se dejó de amar.
(Fuente: marisolmata19)
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