Los embutidos, al menos por la gran variedad con la que podemos contar en España, se han convertido en uno de nuestros más habituales ingredientes a la hora de hacer el bocadillo, y también a la hora de apostar por el picoteo. Sin embargo, estos embutidos pueden convertirse también en ingredientes especiales a la hora de hacer las más variadas recetas. Y es que si no tenemos ningún problema en añadir el jamón cocido, el jamón serrano o el queso a la más variada cantidad de platos,¿por qué no podemos hacer lo mismo con el fuet, con el salchichón o con el salami? Más allá de en las pizzas, en los que estos ingredientes suelen ser extras bastante habituales, apenas les sacamos provecho. Y esa es precisamente nuestra intención de hoy.
En este caso, te vamos a proponer algunas ideas para que los embutidos se conviertan en parte de tu cocina, en una de esas partes que disfrutar del todo y a la que echarle mucha imaginación. Probablemente si en tu casa aman esos ingredientes estarás apostando por uno de los mejores inventos con los que se puedan encontrar. Así que vamos a ver esas ideas para mezclar los embutidos en recetas más y menos tradicionales, y sobre todo, anótalas para sacar partido de ellas después, incluyendo todo lo que se te ocurra. Porque recuerda que el fin último es precisamente innovar.
Incluir embutidos en las recetas habituales
- Tortillas: no importa si se trata de la clásica de patatas o de la que nosotros conocemos como francesa. En cualquiera de las dos opciones se pueden incluir embutidos, y en cualquiera de los dos casos podemos obtener un resultado perfecto con una combinación de sabores exquisita que probablemente te sorprenda. Aunque en muchos casos la tortilla con chorizo sí que se conoce, en este artículo de hoy tr propusimos la innovación como norma, así que habrá que probar a ver qué tal queda la combinación con fuet, con salami, o con chopped. Todas esas posibilidades están ahí.
- Pasta: no es extraño ver como los alemanes preparan la clásica pasta con sus salchichas würstel, así que no debería haber nada de malo en que nosotros, con nuestra amplia variedad de embutidos tuviésemos la oportunidad de encontrárnoslo en preparaciones con el clásico que suele gustar a todo el mundo. Así que ya sabes ¿qué te parecería probar una pasta casera con unos choricitos cortados en trozos y antes pasados con cebolla por la sartén acompañados de un poco de queso fresco?
- Con fruta: podríamos probar a ir un poco más allá y a cambiar las recetas que tradicionalmente apuestan por los embutidos más clásicos, por otros que ya se han convertido en parte de nuestras vidas. Así, no habría nada de extraño en que en lugar del melón con jamón serrano de siempre, en tu mesa te encontrases con un sustituto como puede ser el jamón de pavo. Sin lugar a dudas es más original, y habrás probado a incorporar otros embutidos en la cocina experimentando nuevos sabores.
- Con verduras: ¿cuántas veces habremos visto el jamón con guisantes en la cocina? ¿Y qué tal si lo sustituimos por ejemplo por lomo? Pero podemos ir aún mucho más allá y hacer refritos de verduras previamente cocinadas que al mezclarlas por ejemplo con el fuet pueden convertirse en la sartén en un delicioso plato al que la grasa del embutido le otorga ese toque que le faltaba a las verduras al vapor. Sobre todo para aquellos que no son demasiado amigos de éstas.
- En purés: al igual que hacemos purés con cientos de cosas, podemos utilizar los embutidos como ingrediente que le da ese toque personal. ¿Vas a hacer un puré de patatas? Pues añade a la mezcla un poco del embutido que más te apetezca bien triturado. Verás cómo se nota ese sabor especial que le deja a la receta.
- En cocina moderna: pero los embutidos pueden dar mucho más de sí, y todas esas recetas que parten de bases bastante tradicionales como son los paninis, las brochetas o las tostas pueden acompañarse de estos ingredientes particulares de la cocina española a los que casi nunca sacamos todo el partido que podrían darnos en cocina. ¿Te animas a probar?
Fuente: Cristina Torres
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