Querido Yo del pasado:
Te escribo para decirte que eres un valiente. Sí tú. Tú, por todos los momentos difíciles por los que has pasado, por todos los retos que te ha puesto la vida, por todas las lágrimas derramadas, pero sobretodo, por saber hacer de las caídas un trampolín para saltar más alto, por saber aprender de las lágrimas y transformarlas en sonrisas, por ser tú y siempre tú en todo momento y por vivir cada experiencia como si fuera la última. Por sentir y no arrepentirte, por sacar de cada golpe un aprendizaje y por creer firmemente que siempre hay una salida. Querido yo del pasado, quiero darte las gracias por hacer que hoy sea quien soy y sentirme tan orgulloso de mí mismo.
Querido Yo del presente:
Te escribo para que nunca olvides a tu Yo del pasado, para que disfrutes de tu Yo del presente y para que construyas a tu Yo del futuro. Te escribo para decirte que, aunque a veces te sientas mal por entregarte siempre al máximo y darte de bruces contra el suelo, sin esos golpes hoy no serías tan fuerte. Te escribo para que sigas siendo como eres, le pese a quien le pese, porque al final lo único que importa es tu felicidad. Te escribo para que sigas siendo el mismo sensibles que eres, para que te emociones con una canción, con un libro, con una película, con un paseo por la playa, con hacer cosas distintas y sentirte como una niño pequeño porque hasta lo más diminuto para algunos, a ti te hace feliz. Te escribo para recordarte que eso, esa capacidad de sentir, es una de las cosas más preciadas que tienes y jamás debes de deshacerte de ella. Para recordarte que la vida son dos días y que más vale que te arrepientas por lo que has hecho que por lo que has dejado de hacer. Querido yo del presente, te escribo para recordarte lo más importante: que vivas el presente, que no te amargues con el pasado y que sigas soñando con el futuro. Porque si no sueñas ¿para qué vives?
Querido Yo del futuro:
Te escribo aun sabiendo que el futuro es impredecible, que el futuro puede ser dentro de unas horas, de unos meses o de unos años, pero yo por si acaso te escribo para que no te olvides de las cosas más importantes. Para que, si te caes, recuerdes que siempre hay una manera de levantarte. Para que, si te hacen daño, pienses que no ha sido ni la primera ni la última vez, pero que siempre has sacado algo bueno de ello. Te escribo para recordarte que la familia y los amigos es lo más bonito que tendrás jamás y debes de cuidarlos hasta el final. Querido yo del futuro, sobretodo te escribo para que me prometas que seguirás riendo, cantando, bailando, viajando y pase lo que pase sigas queriendo de la misma manera y viviendo hasta el último segundo.
Recoge las experiencias del pasado, vive al máximo el presente y no te olvides nunca de quien eres, incluso en el futuro.
Vive, ríe, ama.
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