A todos nos pasa alguna vez perder los estribos y decir alguna barbaridad. Ahora bien: provocaremos, sin haberlo pensado, daño, enojo y confusión en nuestros hijos. Nos hemos fijado en un artículo reciente que nos ayuda a analizar los errores más comunes en la manera en que hablamos a nuestros hijos, e intentaremos dar alternativas más suaves. "Déjame en paz" Cuando decir esto se convierte en rutina y lo escuchan en todo tipo de situaciones, los chicos pueden interiorizar que no sirve de nada hablar con nosotros; pueden llegar a recluirse en sus pensamientos, volverse introspectivos o ausentes. Una opción válida es negociar: si estamos ocupadas en la cocina, o con prisa para acabar algo, deberíamos proponer un trato del tipo: "Ahora estoy terminando esto, es importante, dame 15 minutos y me cuentas todo". "Eres tan..." Las etiquetas son caminos cortos que fijan el caracter de los niños. Imaginemos ejemplos como: "¿por qué eres tan desordenada?&