Arquímedes de Siracusa fue un matemático, físico, ingeniero, inventor y astrónomo. Es considerado uno de los científicos más importantes de la antigüedad clásica, le debemos inventos como el tornillo de Arquímedes (maquina utilizada para elevar agua), la polea compuesta, el torno, la rueda dentada, la ley de la palanca (”dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”), máquinas de guerra… y, sobre todo, el principio de Arquímedes (hidrostática). Y precisamente este principio es el que demuestra que podría considerarse el patrón de los peritos. Hierón II, rey de Siracusa y pariente de Arquímedes, encargó a un orfebre una corona de oro. Cuando el rey recibió su corona algo le hizo dudar de la “pureza” del oro utilizado (pensaba que parte del oro entregado para el trabajo podía haber sido sustituido por plata o cobre) y le pidió a Arquímedes que determinará si el material utilizado era oro puro (lo que hoy en día llamaríamos un peritaje). Arquímedes estaba habituado a este tipo de “encargos