Volvemos de vacaciones a nuestros respectivos trabajos u ocupaciones y ¿que es lo que más escuchamos..? Quejas!!! “¡Qué mal me sentó volver!” “Qué pena, se acabó lo bueno “¡Otra vez, la rutina…!” , etc, etc. El otro día comentaba con una amiga que estamos creando una sociedad de seres insatisfechos, que no pueden hacer lo que les gustaría hacer o no se atreven a vivir como han soñado, o bien no valoran suficientemente lo que tienen y todo ello, sin duda, va mostrando su repercusión. Bajo mi punto de vista, existe un problema, no nos enseñan o no sabemos disfrutar del camino. Tenemos que tener necesariamente incentivos materiales a corto plazo que nos permitan aguantar hasta las próximas fiestas o días libres. Otro problema, no queremos suficientemente lo que tenemos. Compramos una casa con la idea de tener otra más grande, un coche con la idea de tener otro más potente, cuando tenemos un hijo desearíamos tener otro/a, cuando elegimos un lugar de vacaciones deseamos conocer otro destino